Un consumo responsable, donde menos es más.
“El precio es lo que pagas. El valor es lo que recibes”
Warren Buffett
Hoy en día hay una tendencia a etiquetarlo todo, por lo que tampoco se salvan las diferentes generaciones. La generación silenciosa, el baby boom, la generación X, la generación Y o millennials y la generación Z, todas ellas con sus características e idiosincrasia propia, según la fecha de nacimiento, la época que les ha tocado vivir y su estilo de vida.
Esta clasificación y los diferentes grupos generacionales permiten a la industria y a la sociedad definir las pautas de comportamiento y las tendencias de los individuos de las diferentes generaciones, así como conocer cuáles son sus hábitos de consumo, sus preferencias y cómo toman sus decisiones.
Nosotros, como sabéis, formamos parte de la generación del baby boom y ya tenemos una cierta edad, por lo que se nos define como la primera generación silver.
A diferencia de las generaciones anteriores, podemos decir que somos menos viejos o seremos jóvenes más tiempo, por lo que se nos reconoce como activos y con ganas de disfrutar de la vida.
Hemos cumplido con la sociedad, hemos trabajado, nuestros hijos, si los tenemos, ya son adultos, por lo que disponemos de autonomía, dominamos nuestras agendas y decidimos qué y cuándo hacer las cosas que nos interesan. Todo ello favorece que se esté creando un nuevo mercado a nuestro alrededor.
Actualmente se nos valora por nuestro gran potencial como consumidores.
#silvereconomy
Somos un gran colectivo en el que aplicar y desarrollar nuevos productos y servicios, tanto como consumidores como por la actividad económica que generamos. La silver economy se encarga de analizar la creación de nuevos proyectos enfocados en diferentes áreas de interés, dirigidos a las futuras generaciones silver.
Somos conscientes de que queremos estar sanos más tiempo, lo que tendrá una gran incidencia en todo lo referente a la salud, alimentación y bienestar. También se nos relaciona como grandes consumidores de ocio y turismo, así como activos en el sector inmobiliario.
Se nos conoce como buenos consumidores de tecnología así como por las ganas y la ilusión en mejorar y ampliar nuestra formación. Nos ven como un nuevo mercado, y es cierto que lo somos.
Representamos actualmente un tercio del consumo privado de la Unión Europea, lo que representa cerca de 3,7 billones de euros.
Es cierto, que la época que nos ha tocado vivir nos ha permitido ser protagonistas y beneficiarnos del crecimiento económico, la incorporación de las nuevas tecnologías y la estabilidad laboral. Ello nos ha proporcionado una buena estabilidad económica, lo que nos ha permitido ser y seguir siendo buenos consumidores.
No obstante, creo que no somos un mercado fácil, ya que gracias a nuestro carácter conservador y a nuestra experiencia, sabemos o deberíamos saber lo que queremos y cómo lo queremos, sin dejarnos llevar por lo que dicta la sociedad de consumo.
La mayoría de estudios indican que a pesar de haber aumentado mucho el nivel económico de la población, no ha aumentado de igual manera su nivel de felicidad.
Los mismos estudios indican que los que tienen mucho no son más felices que los que tienen suficiente. El hecho de tener muchos bienes puede tener el efecto contrario, ya que puede sufrir por el miedo a perderlos.
¿Por qué a pesar de tener todo lo que queremos no nos sentimos bien y queremos más?
@antonimlluch
A estas alturas de tu vida, valoras más el hecho de estar bien, de ser feliz y de tener salud, que el de acaparar muchas cosas, que una vez las tienes, te aportan poco o nada. Piensa que te quedan muchos años por vivir, y que puedes escoger cómo hacerlo, por lo que debes centrarte en lo que de verdad importa. Céntrate en mejorar tu salud, tu felicidad y en darle un sentido más profundo a tu vida, por lo que el dinero sólo puede ser un medio y no un fin.
Para terminar, reflexiona, diferencia lo que implica para ti gastar tu dinero o emplear tu dinero, sólo tú puedes determinar cuando estás disfrutando de él o lo estás quemando.
@antonimlluch
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