Minimalismo. Rodéate de lo que de verdad te hace feliz

Como miembro de la generación silver, con los años eres más consciente de que la sociedad basada en el consumo y apoyada en una publicidad incesante ha contaminado nuestra cultura, cambiando nuestros hábitos y los verdaderos valores de la vida.

Muchas veces has pensado que necesitas cosas porque te han dicho que las necesitas, pero al tenerlas te das cuenta de que no es así.

Estamos expuestos a una gran cantidad de información sobre lo que debemos tener y cómo debemos ser para tener éxito en la vida, lo que nos incita a adquirir todo aquello que nos puede proporcionar felicidad y que creemos sinceramente que necesitamos para que nuestra vida sea perfecta. Debes saber que no esto no es así, que la felicidad no se compra y aunque no tener lo necesario no da la felicidad, tener demasiado tampoco, por lo que de nosotros depende encontrar el equilibrio.

En un momento en el que en occidente la gente disfruta de los mejores niveles de vida de la historia, nos pasamos el día a día anhelando conseguir todo aquello que no tenemos. Pregúntate el porqué de esa necesidad, que tenemos todos, de acaparar bienes y a pesar de conseguirlos no sentirnos bien. La respuesta está en que la posesión, por si misma, no tiene porque proporcionarnos felicidad, ya que el tener por tener no satisface.

Sólo es posible ser feliz si se sabe apreciar lo que uno tiene, y esto es aplicable no sólo a lo material, sino a la salud, a las relaciones humanas, y a la vida en general.

Mira a tu alrededor, es sorprendente la cantidad de cosas que has ido acumulando a lo largo de tu vida. Ha llegado el momento de que empieces a preguntarte sobre todo lo que te rodea, y si verdaderamente te hace feliz o le añade algún valor a tu vida. Cuando lo hagas, comprobarás que puedes desprenderte de muchas de ellas.

Descubrirás un montón de CD, Videos, DVD, libros, ropa y muchísimas otras cosas que has ido acumulando y que ni siquiera eres consciente de que las tienes. Están ahí, ocupan un espacio y te distraen de lo que de verdad valoras,

Habrás oído hablar de la escritora japonesa Marie Kondo y quizás has leído alguno de sus libros, La magia del orden o La Felicidad después del orden, o has visto su serie en Netflix sobre el arte de organizar y ordenar tus pertenencias utilizando su método. En esta etapa de tu vida lo que debes aprender no es a organizar y ordenar tus pertenencias, que siempre es bueno ya que creo que el orden da paz, sino que debes aplicarte el concepto de mantener contigo sólo lo que te haga feliz, y yo añadiría también, quédate con aquello que quizás no te hace feliz, pero que te es útil.

Es preferible calidad que cantidad. Es falso que tener más es mejor. Creo que cuantas más cosas tienes, menor es el valor que les das.

Al liberarte de todas aquellas cosas que no necesitas y que no te hacen feliz, notarás como empiezas a sentirte más libre lo que te ayudará a ser consciente de que empiezas una nueva etapa.

Descubrirás que vives mejor, que dominas y te identificas con tu entorno, disponiendo de más tiempo para dedicarlo a las cosas que te hacen feliz.

Al disminuir tu número de pertenencias necesitarás menos capacidad de almacenamiento, convirtiendo tu hogar en un espacio más ordenado y acogedor. Tendrás que tomar menos decisiones sobre lo que vas a usar, cómo lo vas a guardar, etc. teniendo siempre a mano lo que te gusta y te hace sentir bien. También te permitirá decidir y elegir fácilmente lo que quieras comprar y que añadirá un valor más a tu vida.

El arte de deshacerte de lo que no necesitas requiere tiempo. Es un proceso que puede ser muy enriquecedor, si sabes cómo realizarlo, o por el contrario, puedes terminar por deshacerte de todo o bien no descartar nada. Soy consciente de lo difícil que es desprenderse de algo que has ido acumulado hasta ahora y que en su momento tenía un valor, aunque tengas olvidado que lo tenías.

Tus posibilidades económicas son las que son, por lo que debes decidir en que quieres gastar tu dinero.

Esto sí que lo puedes controlar, ya que está en tus manos gastar sólo en lo que te hace feliz. De esta manera sabrás lo que tienes, lo habrás escogido y disfrutarás de ello, a la vez que gastarás menos, con lo que evitarás pensar en la necesidad de ahorrar.